25/5/11

New York, New York

   
Yo, sobre el puente de Brooklyn y con Manhattan al fondo


    Para saciar la curiosidad de aquellos que me han estado preguntando incesantemente por las impresiones que me ha causado la gran manzana, comentaré algunos aspectos que me han sorprendido del modo de vida americano en general y del neoyorquino en particular, aunque ya os puedo adelantar que, en general, no me han sorprendido muchas cosas. Lo que me he encontrado es más o menos lo que me esperaba encontrar: una ciudad más "europea" que la mayoría de las ciudades estadounidenses.



     La primera característica que hace diferente a esta ciudad es el gigantismo. Aunque no era el aspecto que a mí más curiosidad me despertaba, debo admitir que los rascacielos me impresionaron. Aquí os pongo varios conocidos ejemplos localizados en el Midtown (la zona más céntrica):

Rockefeller Center de noche
Hay que alejarse mucho para conseguir meter todo el Empire State Building dentro de una foto
El anoréxico Flat Iron Building destaca por su extrema delgadez 

      En este barrio se encuentra también Times Square. Hay que verlo de noche, con sus enormes pantallas de alta definición proyectando publicidad. El capitalismo en estado puro.



      La otra zona donde también se pueden encontrar estos monstruos de hormigón es el barrio financiero, en torno a Wall Street:

Hace diez años, en medio de esos edificios sobresalían dos enormes torres que ya no están
Extraño vehículo policial observando la Bolsa, en Wall Street. El templo del capitalismo
      En la foto anterior, podéis ver algo bastante frecuente en esta ciudad: las alcantarillas humeantes. Lo que afortunadamente no se percibe en la foto es el olor nauseabundo que desprenden.
     No muy lejos de aquí está Ground Zero (la "zona cero"), que ahora mismo es un hueco lleno de obras. Justo al lado se encuentra este mural recordando a los bomberos muertos el 11-S


          Y al final de este muro, las fotos de los bomberos fallecidos aquel día


      Y no podía terminar este capítulo sin mencionar otro de los grandes símbolos de la ciudad: la Estatua de la Libertad. Está en una isla, a algunos kilómetros de la ciudad, por lo que hay que coger un barco. Yo no tenía ganas de perder una mañana para ir a verla, así que me contenté con hacerle una foto con el zoom desde el puente de Brooklyn.


   
      La otra gran característica, es la diversidad de razas y culturas. Sin embargo, no penséis que las diferentes comunidades conviven mezcladas unas con otras. Como muestra el siguiente mapa, cada comunidad tiene sus propios guetos:

En color verde la población blanca, en azul la población negra, en rojo la oriental y en amarillo la hispánica.

     Apostaría que el grupo más numeroso son los Hispanics, llamados también Latinos o Spanish, es decir, las personas de origen latinoamericano. Hay tantos que en Nueva York no necesitas saber inglés, porque en cada sitio siempre habrá algún Hispanic que te comprenda. Si quieres hacerle notar a alguien que eres español, entonces di que eres from Spain y no que eres Spanish.

Cuando la vi, pensé: "¿qué carajo hace una iglesia evangélica española en el Bronx?".
Luego me explicaron algo que no sabía: "española" no significa "de España".

     En cuanto a los negros, da pena verlos. Cuando ves algún vagabundo, ya sea en el metro o en las zonas más "WASP" de Manhattan, suele ser un negro. Visitar Harlem es como adentrarte en otro país: asfalto en mal estado, edificios descuidados y con esas antiestéticas escaleras de incendios, unas cafeterías en las que pocos europeos se atreverían a entrar y, al atardecer, unas calles llenas de gente que da impresión de no tener nada que hacer. Os muestro un tramo de la calle 125, la calle principal de Harlem.

Por esta zona las iglesias evangélicas proliferan como setas ("Jesus Christ is the Lord").
En NY todos los autobuses llevan la omniperesente bandera de las barras y estrellas.
En la farola, un cartel indica que una cámara del Departamento de Policía de NY te está vigilando.
     A unos pocos metros de allí, me encontré con algo totalmente inesperado. Al salir del metro, ya había visto a un predicador callejero agitando una biblia y soltando un rollo evangélico. Ahora me encontraba con varios hombres soltando otro rollo diferente (o quizás no tanto). Al acercarme, uno me dio este folleto y, cuál fue mi sorpresa ...


     ¡Increíble! Un panfleto del Partido Comunista Revolucionario de América. Después de hablarme de lo importante que había sido Mao-Tse-Tung para la historia de la humanidad, este hombre me contó que, en esa zona, la policía había matado a varias personas inocentes que lo único que hacían era protestar por las malas condiciones de vida del barrio, y que Obama, a pesar de ser negro, les daba la espalda. En el panfleto, se indica que el presidente de este partido, un tal Bob Avakian, va a presentar su nuevo libro y que el acto estará aderezado con música, arte visual y poesía y, entre los participantes ni siquiera aquí podía faltar la religión—, un reverendo.

     En una parte de Harlem también viven latinoamericanos. Es el hispanic Harlem o El Barrio y, a juzgar por este cartel (¿qué hace ahí si no estamos en período de campaña electoral?), ¿a quién creéis que suelen votar?


"El Barrio significa ... esperanza", reza la pancarta.


     Alejándonos un poco de Manhattan, después de Harlem viene el Bronx, el barrio con peor fama. Aquí predominan los latinos sobre los negros, aunque también me encontré con una zona llena de locales italianos. Como podéis apreciar, las banderas sirven para mostrar que aunque seas italiano, eres un patriota americano como el que más.



  
     El barrio italiano por excelencia era Little Italy, del que hoy sólo quedan un par de calles, porque se puede decir que ha sido absorbido por su vecino Chinatown que, como su nombre indica, está poblado por chinos y, como podéis observar, todo está en chino. Vamos, que es como viajar a Pekín pero sin salir de Nueva York.


     En Chinatown puedes comer por muy poco dinero, no sólo comida china sino también tailandesa o vietnamita. Es un barrio bastante humilde. Por lo que me han contado, muchas de estas personas son sin papeles (en el distrito de Queens, concretamente en Elmhurst, visité otra zona poblada por orientales y me pareció que vivían todavía peor). A mí me costó comunicarme con ellos porque hablan inglés con un acento macarrónico. Si en un restaurante quieren decir "we have rice" (tenemos arroz), lo pronuncian como "we have lice" (tenemos piojos).

     Aproveché, además, para visitar un templo budista. En otra sala que no veis en la foto tenían una especia de olla gigante llena de ceniza en la que cada chino que llegaba clavaba allí una varita. En otra zona, donde no me dejaron utilizar la cámara, había un montón de tiras colgadas en las paredes, con fotos que parecían representar a personas fallecidas. Además, por todas parte se veía fruta, imagino que es una ofrenda que hacen a los difuntos.


  
     No voy a extenderme hablando de las personas de raza blanca. En apariencia son los que mejor viven, aunque hay zonas más "bohemias" como el East Village, donde viven estudiantes y artistas.

     Mención aparte merece una comunidad que descubrí, casi de casualidad, en una zona apartada del barrio de Brooklyn. Los Hasidim son una variante de los judíos ultraortodoxos (sí, esos que llevan sombreros y las patillas con tirabuzones).

Aunque no lo parezca, ella lleva peluca. Otro día os explicaré por qué.
     Observarlos me resultó tan interesante que decidí investigar sobre sus costumbres. Un día de estos dedicaré una entrada de este blog a hablar exclusivamente sobre ellos.


A partir de los tres años, los niños también llevan esas singulares patillas

  
    Dejemos de lado el tema de las comunidades y de las razas y veamos ahora algunas diferencias "estéticas" en comparación con lo que ellos denominan la vieja Europa. A un europeo que llega a Nueva York lo que más le va a sorprender una vez sale del aeropuerto (donde, por cierto, nada más llegar los funcionarios de aduanas te hacen una foto y te toman las huellas dactilares) es el tamaño considerable de los vehículos. Los coches que en Europa consideramos "pequeños utilitarios", allí apenas se ven. Muchos taxis son "todoterreno" y los camiones tampoco se parecen a los europeos:


       Con lo que contaminan, no me extraña que los americanos no quieran firmar los acuerdos de Kyoto.
    Y, puestos a hablar de la estética de los vehículos, ¿qué me decís de los autobuses escolares? ¿Vetustos, no?


    En la foto, los autobuses están delante de un centro escolar esperando la salida de los alumnos. Al fondo, algo que no se ve en España: dos policías vigilando en la puerta. Vi algo similar en la entrada de una universidad en el Bronx: observé que sólo se permitía entrar a los alumnos que mostraban su carnet de estudiante a los agentes que custodiaban la entrada. Y es que el tema de la seguridad allí se lo toman bastante en serio. No en vano, en los últimos años se ha conseguido reducir drásticamente la delincuencia y Nueva York es ahora la tercera ciudad más segura de Estados Unidos. La policía, que está en todas partes (una vez vi a dos policías de uniforme conduciendo un taxi), emplea a veces curiosos medios de transporte, como este "camión de policía":


y otros menos voluminosos como este "triciclo policial":


     Dejando de lado los vehículos policiales, no cabe duda de que el tema de la delincuencia les preocupa. Aquí tenéis el teléfono de un bufete de abogados, por si algún día os acusan de intentar violar a alguna limpiadora de habitaciones de algún hotel.


     Tampoco faltan anuncios para animar a los ciudadanos a alistarse en las filas de aquellos que luchan contra el crimen:

Veo que algún reverendo de alguna iglesia ha dejado su tarjeta incrustada en el marco del cartel.
  
     Hablando de cosas sórdidas, en una ciudad tan grande no pueden faltar los buenos museos. Algunos muy famosos como el Metropolitan, el Guggenheim, el Museo de Historia Natural o el Moma (Museo de Arte Moderno). Yo, como soy muy moderno, me incliné por visitar este último (bueno, y también porque era viernes y los viernes es gratis). Hay muchas obras muy conocidas de muchos artistas muy conocidos, como Wharhol, Dalí, Roy Lichtenstein, Matisse, Van Gogh, Duchamp, Jackson Pollock o esta de Picasso:

Las Señoritas de Avignon

     Otras me parecieron algo desenfocadas:


      Me gustan las fotografías que te hacen reflexionar:


     Y el momento más emotivo tuvo lugar cuando vi en el suelo un monitor proyectando el vídeo de una de mis canciones favoritas (aunque algo viejita, porque tiene ya treinta años, la pobre). Aunque comprendo que no sea apta para todos los gustos. Fans de Alejandro Sanz abstenerse.


     Hablemos ahora del séptimo arte. En Nueva York es bastante frecuente ir caminando por la calle y, de repente, encontrarte con el rodaje de alguna película o de alguna serie de televisión. Esto es lo que me ocurrió. A ver si adivináis quién es el que está dentro del coche.


     Pues sí, es Will Smith, rodando Men In Black III. Y este otro. Seguro que su cara os suena pero no sabéis de qué.


     En España fue famoso hace más de 20 años actuando en esta serie:


      Continuando con cosas "artísticas", fijaos en esta guitarra (me refiero a la de abajo) construida a partir de un AK-47:


      Es uno de los regalos hechos a la ONU que pueden verse al visitar la sede de esta organización. De todos estos regalos, el más impresionante es sin duda este:


      Se trata de una escultura de marfil, regalo de China, tallada a partir de ocho colmillos de elefante. Se dice que trabajaron en ella 98 personas durante más de dos años. Es asombrosa en su detallismo, ya que se pueden ver incluso las diminutas personas dentro del tren.
     Además, durante la visita guiada, te enseñan cosas como restos de la explosión atómica de Hiroshima, detectores de minas, minas, kits que la ONU reparte en las escuelas de África y otras cosas interesantes. Lamentablemente no pude visitar la sala donde se reúne el Consejo de Seguridad, porque precisamente en ese momento se estaba reuniendo para tratar los graves sucesos que estaban teniendo lugar en Costa de Marfil. Pero mi guía sí me mostró la sala donde se reúne la Asamblea General.

A ambos lados de la tribuna de oradores, y situadas más altas que ésta,
vemos unas ventanas que corresponden a las cabinas de los intérpretes

      Las medidas de seguridad para entrar en la sede de la ONU son muy estrictas. Los miembros de la seguridad que vigilan el complejo en el que se ubica provienen de diferentes países. Por cierto que este complejo no es territorio estadounidense. La ONU dispone incluso de sus propios sellos de correos. Lo que menos me gustó fue su cafetería. En el exterior del edificio hay una escultura que no está nada mal:



      Para aquellos que en España opináis que la cultura yanqui nos está invadiendo, no os preocupéis. A ellos también los estamos invadiendo:


      Y qué decir de la moda gallega (lo he puesto en negrita para que se note bien):

  
      Ya que hablamos de tiendas, hablemos de precios. Los alquileres están altísimos y si tienes que acudir a un médico y no tienes seguro, la factura puede ser estratosférica. Pero por lo demás, los precios son similares a los que nos encontramos en España:

En este caso, no sé si es caro o barato, porque nunca me he divorciado
      Creo que ya va siendo hora de responder a la gran pregunta:
PREGUNTA: ¿Te gustaría vivir en Nueva York?
RESPUESTA: depende. No me gustaría para nada vivir en Queens, en Harlem o en el Bronx. Son barrios bastante cutres. Tampoco me gustaría vivir en medio de los rascacielos del Midtown ni en la zona de Wall Street. Pero los barrios comprendidos entre estas dos últimas zonas no están mal: en Chelsea, Tribeca, Soho, East Village o Greenwich Village hay buen ambiente y, aunque las casas no sean muy bonitas, a veces te encuentra detalles como este:



       De todas formas, el barrio donde vivas no es un gran problema ya que con el metro puedes desplazarte rápidamente a cualquier lugar, incluso a la playa:


      Lo que veis es Coney Island. La playa tenía buena pinta, pero el tiempo no invitaba a bañarse. El paseo es mucho más largo de lo que se ve en la foto y está hecho de tablillas de madera. Al lado hay un parque de atracciones algo decrépito, con una famosa noria de 46 metros de alto que fue construida en 1920.

Cuando la vi, me acordé de una escena de la película El Corazón del Ángel, con Mickey Rourke,
donde se ve esa noria y la playa (podéis ver la escena en Youtube pero está en italiano):
clic aquí
     En Coney Island se celebra cada año un curioso concurso que consiste en ver quién es capaz de comerse más perritos calientes (¡hay que ser bestia!):


       Pero, como os decía antes, el tiempo era fresquito. En la primera semana de abril hacía más frío que en el norte de España. Lo que resultaba especialmente molesto era el viento helado que soplaba.  La foto que vais a ver (esta no la he hecho yo sino que la he choriceado de Internet) es una imagen típica de Nueva York: el café se usa aquí no solo para beber sino también para calentarse las manos por la calle.


      El café "normal" se vende en vasos de cartón con una tapa de plástico en unos tamaños descomunales para cualquier mente europea. El más pequeño tiene una capacidad de 0,35 litros (yo diría que es el que veis en la foto); la talla mediana equivale a medio litro y la talla grande a 0,6 litros. No obstante, también se pueden pedir otros tipos de café: capuchino, expreso, etc. servidos en tazas pequeñas. Los podéis degustar en la omnipresente cadena Starbucks.


       Vaya, se trataba de escribir una entrada de un blog y casi acabo escribiendo un libro.  Por eso creo que es mejor dejarlo aquí. Espero haberos aportado algo. En los próximos días redactaré una entrada dedicada a una de las mayores obsesiones de los gringos: la religión en los Estados Unidos. Permitidme que me despida con la canción que ha dado título a este reportaje (o como queráis llamarlo). No, no es la famosa canción de Frank Sinatra, esta es mucho mejor. Ja ja, me río de Lady Gaga, que en 1983 ni siquiera había nacido:



See you soon and ... God bless America

  

   


  
  

7 comentarios:

elena dijo...

hola desde la madrugada del este de asia...

con tu permiso, le voy a enviar via facebook a un amigo neoyorquino la foto del concurso de perritos calientes para que me diga si eso forma parte de la normalidad...

por lo demas, nueva york me sigue produciendo a traves de las imagenes la misma sensacion que estando yo alli... de alguna forma, esa especie de frialdad... al igual que sydney, australia, de donde vengo ahora, aun con buen tiempo tardoestival, me resulto bonita pero fria...

ps/ me encanta el blog.

David Monserrat dijo...

Espero que expliques el misterio capilar de la judía ultraortodoxa. También me gustaría visitar alguna vez New York; aunque me preocupa perderme en una ciudad tan grande. Las guaguas son idénticas a las de los Simpson y mira que la serie tiene años ya. Me apunto al concurso de perritos calientes. Saludos. David Monserrat, Fuerteventura.

Anónimo dijo...

Hey, la manera de plasmar tus impresionados me ha encantado, he disfrutado mucho leyéndolo y además como buen escritor me has dejado varias intrigas como la de los judíos ortodoxos, no me hagas esperar mucho eh?

Saludos, felicidades, me encanta todo...

Anónimo dijo...

a mi me hubiera gustado ver algun restaurante o un bar típico. Lo demás genial, me ha encantado todas las descripciones y sobre todo la de la peluca!!! qué pasa con la peluca, Pedruchini?

Pedruchini dijo...

En Nueva York no existen bares o restaurantes "típicos de Nueva York". Existen bares y restaurantes "típicos de otros países".

Anónimo dijo...

Yo de pequeña hacía concursos de chuletas de cordero con mis primos.....es q perritos calientes pocos habían en aquella época...
Me encanta la descripción de la ciudad y de los detalles, la verdad es que NY es para patearla.
Aunque Queens tiene su encanto si lo conoces bien.
Izi

Pedruchini dijo...

Yo recuerdo que cuando era pequeño (entre los 9 los 12 años más o menos) fui a varias bodas y con los niños de mi edad echábamos concursos a ver quién bebía más Fantas y Coca-Colas. Te puedes imaginar los eructos.

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